El trabajo en bodega
El trabajo en bodega
La vinificación
Una vez las uvas vinificadas, corresponde al viticultor unirlas con precisión, respetando el estilo de cada una, el espíritu de cada parcela, reteniendo casi hasta el aire de cada clima. Es entonces cuando las tres generaciones, André, Michel y Hugo Drappier, se reúnen con el jefe de bodega Elysé Brigandat, para la delicada misión que, cada año, conduce al ensamblaje de los vinos con el fin de renovar sus “cuvées”, no se preocupan por la simple homogeneidad del vino, sino que buscan la máxima expresión de cada “cuvée” tal como ha nacido.
Las “cuvées” se vinifican con una intervención mínima, no se filtran ni decoloran. No se utiliza ningún producto de origen animal. Una parte de las levaduras utilizadas para las fermentaciones fueron elegidas y criadas en la finca. Tras varios años de experimentación, fueron bautizadas como “Drappier Fermentum Meum” (DFM).

El trabajo en bodega
Utilización mínima de sulfuroso
Muy contrarios al uso excesivo de sulfuroso, practicamos las dosis más bajas de la profesión. Las Champagnes obtenidos tienen así colores más naturales con dorados ricos, incluso cobrizos y aromas más abiertos.
Además del respeto al consumidor, esta especificidad permite una toma de espuma a baja temperatura particularmente lenta, que genera una efervescencia fina y sutil. Estas operaciones por gravedad, preservan los vinos de la oxidación, y permiten reducir aún más los niveles de sulfuroso, entre 30 mg y 45 mg de sulfuroso por litro, es decir, menos de una cuarta parte del contenido autorizado.
En 2007, se crea la “cuvée” Brut Nature Sans Soufre, resultado de un proyecto experimental iniciado en los años 80.


El trabajo en bodega
El “Cercle”,
riqueza del envejecimiento
Muy contrarios al uso excesivo de sulfuroso, practicamos las dosis más bajas de la profesión. Las Champagnes obtenidos tienen así colores más naturales con dorados ricos, incluso cobrizos y aromas más abiertos.
Además del respeto al consumidor, esta especificidad permite una toma de espuma a baja temperatura particularmente lenta, que genera una efervescencia fina y sutil. Estas operaciones por gravedad, preservan los vinos de la oxidación, y permiten reducir aún más los niveles de sulfuroso, entre 30 mg y 45 mg de sulfuroso por litro, es decir, menos de una cuarta parte del contenido autorizado.
En 2007, se crea la “cuvée” Brut Nature Sans Soufre, resultado de un proyecto experimental iniciado en los años 80.
El trabajo en bodega
La colección
de licores de dosaje
Los licores de expedición se envejecen en cubas de roble del Limousin y luego en damajuanas durante más de 15 años, ganando así en concentración y nobleza. Se añade una dosis reducida a cada botella en el momento del degüelle para acentuar la longitud en la boca sin sobrecargar nunca el paladar. Los Champagnes así obtenidos son más complejos y también más puros.
El trabajo en bodega
Las botellas
no estándar
Nadie conoce el origen de los nombres bíblicos dados a las grandes botellas de Champagne. Nuestra versión es la siguiente:
En el nacimiento de Jesús, los Reyes Magos ofrecen suntuosos regalos al recién nacido. Entre ellos Baltasar, descendiente de los reyes de Babilonia.
Una botella grande de champagne es un regalo excepcional para una ocasión excepcional. De aquí a atribuir a cada que contenido el nombre de un rey de la antigua Persia no había más que un paso, que los ‘champenois’ habrían dado a finales del siglo XIX.
En cuanto al Primat, siendo el único elaborador de este envase, hemos elegido un nombre galo-romano más cercano a nuestro terruño. Primado del latín Primatus: de primer orden. En cuanto al Melquisedec, el mayor contenedor de champagne disponible en el mundo, volvemos a la tradición de Babilonia.
La Maison Drappier es la única que realiza la toma de espuma, el removido y el degüelle individual de cada botella de la media botella al Melquisedec (30 litros o 40 botellas). Esta técnica tradicional garantiza al vino una frescura y una finura de efervescencia excepcionales.
Estos gigantes necesitan músculo para servirlos, el diseñador Carmelo de Giorgio inventó una técnica que aliviaría al sumiller. El VCanter, combinación de la letra "V" que describe la forma del aparato y del verbo decantador que significa verter, el VCanter es una mecánica de precisión suiza fabricada en Lucerna.
Adornado con los colores de la casa Drappier y chapado en oro, posee un mecanismo preciso que permite verter suavemente las botellas más grandes de Champagne.
En trabajo en bodega
La experiencia
del envejecimiento en “inmersión”
A 30 metros de profundidad, la presión submarina, la temperatura y la luz son ideales para la maduración del vino. Sumergidas en Bretaña durante uno, dos o tres años, las botellas contienen un vino de Champagne que ha desarrollado un recorrido singular.
Para invitar a una degustación comparativa, el estuche de madera IMMERSION contiene dos botellas de un mismo champagne, el que salió de las profundidades oceánicas y el que fue criado en las bodegas de la Maison Drappier en Urville.
