El viñedo
El viñedo
La viña
en el corazón
de la identidad Drappier
El viñedo familiar se extiende actualmente sobre 62 ha, sin contar los contratos-asociaciones.
Esencialmente situado en el municipio de Urville, el viñedo de la casa conserva la fuerte identidad de Bar-sur-Aube, marcado por la influencia del Pinot Noir. Esta variedad es la gran reina, y representa el 70% de la finca, completada por la pinot meunier en un 15%, el chardonnay en un 9%, y el 6% de uvas ancestrales.
La proximidad con los viñedos es necesaria para mantener con atención la evolución de la planta y sus interacciones con su entorno. Este viñedo muy localizado ha permitido a la familia reforzar sus métodos de viticultura sostenible, con la certificación “Agricultura Ecológica”.
El viñedo
El terruño de Urville
Sobre una roca poderosamente calcárea del Kimméridgien Superior que se encuentra en los Grands Crus de Chablis, nuestro viñedo es una tierra de acogida del Pinot Noir, variedad que “corre por nuestras venas”, Urville es el pueblo donde late nuestro corazón desde 1808.
Plantada hace 2000 años por los galo-romanos, la viña desciende de las laderas circundantes, antes bajo la mirada benévola de San Bernardo, fundador de la Abadía de Clairvaux.
El viñedo
Los métodos de viticultura
durable y biológica
En la finca no se utilizan herbicidas ni insecticidas. El suelo es arado a mano, con caballos y de forma mecánica. El tractor eléctrico sustituye progresivamente al material térmico. Gracias a un acondicionamiento controlado, se fomenta la biodiversidad, garantizando el equilibrio natural de la vid.
El uso de la tracción animal (caballos) permite trabajar lo más cerca posible de la planta, reducir el impacto del carbono, y sobre todo no favorecer la erosión.
Se cultivan 27 hectáreas en agricultura ecológica, certificadas por el sello Ecocert. Estas uvas permiten la elaboración de las “cuvées” Clarevallis, Quattuor, Grande Sendrée y Grande Sendrée Rosé.
El viñedo
La nueva vida
de las viejas cepas
Hace más de 20 años, Michel Drappier busca replantar las cepas olvidadas, presentes en estado residual en nuestro viñedo de Urville. Comienza entonces un trabajo de investigación y aprendizaje que dio vida a la “cuvée” Quattuor en 2007, y al Trop m'en Faut (100% Fromenteau) en 2019.
Estas variedades, que se han vuelto escasas, forman parte del patrimonio genético que Champagne ha adquirido desde hace casi 2000 años. Preservarlos parecía la justa continuidad de nuestro trabajo de viticultores, que perdura desde hace ocho generaciones. Las cuatro cepas olvidadas que son Arbanne, Petit Meslier, Blanc Vrai y Fromenteau se extienden sobre una superficie de 3,50 hectáreas, cultivada en Agricultura Biológica.
El viñedoLa Arbanne es una cepa blanca autóctona de la zona de Bar sur Aube. Su origen es misterioso, ignoramos todo de sus antecedentes genéticos, esta vid cuya hoja está dentada y el zarcillo vigoroso, parece que fue traída por los romanos.
El viñedoEl Petit Meslier es también una cepa blanca, de bayas amarillas doradas, debe alcanzar una hermosa madurez para aportar notas aromáticas dando finura al vino que produce.
El viñedoEl Blanc Vrai (o pinot blanc) ya era todavía muy cultivado por Micheline y André Drappier. Es natural que se haya recuperado para los ensamblajes de nuestras “cuvées” Blanc de Blancs, Quattuor y más recientemente, Clarevallis.
El viñedoEl Fromenteau (o pinot gris) es el último en unirse a nuestro viñedo en 2013. Apodado “Fromenteau” por el fino polvo blanco que cubre los racimos, y recuerda a la harina de trigo, esta variedad da vinos ricos y ligeramente cobrizos. De esta parcela nacieron dos “cuvées” muy limitadas Trop m'en Faut, en versión AOC Côteaux Champenois, y AOC Champagne.